miércoles, 6 de junio de 2012

HIGIENE SEXUAL MASCULINA Y FEMENINA

                                                           
En occidente valoramos en mucho la limpieza, diríamos que en cierta forma es una especie de neurosis, todo debe estar limpio y todo debe oler bien, y más aun nuestro cuerpo y aunque sea realmente una excentricidad, la verdad es que así somos y en materia sexual la exigencia es mayor.

1. CONSIDERACIONES GENERALES

1.1. Olores

Hay que recordar que la nariz es, aunque no nos parezca, un órgano estelar en la vida sexual. Los estudios indican que mucho de la química sexual entra por la nariz, mucho de la empatía y del acople sexual tiene un origen nasal. Por eso, el mundo de los olores y las fragancias son realmente importantes cuando hablamos de sexo.
Así hay olores corporales que aunque no son desagradables no son aptos para la cama. La mujer que es ama de casa, no puede oler a ajos, cominos, o a salsas, ni tampoco a desinfectantes o astringentes. Esto a veces es una verdadera proeza, porque estas fragancias son difíciles de quitar.
De igual manera, para los hombres que trabajan en lugares en donde se despiden olores sobre todo de tipo químico, como las formulas que se usan en las imprentas, o en los estudios fotográficos, u olores como el de ciertas pinturas y pegamentos, que suelen ser intensos, y muchas veces irritantes de las vías áreas, y que en no contadas ocasiones provocan alergias o apagan parte del deseo sexual.

1.2. Cabello

Hay otras partes del cuerpo que encierran una magna importancia sexual, asi el cabello representa un fuerte estimulo sexual, la presencia de caspa, o un cabello descuidadamente grasoso puede acabar con el ímpetu sexual de muchos.

1.3. Boca

Que decir el aliento, la boca es un órgano estelar en materia sexual, y es basto conocido los estragos que el mal aliento produce en la interacción social, pues bien, en materia sexual se multiplican. Un amante no puede descuidar tan importante detalle.
Cabe destacar, que si el mal aliento es una cosa circunstancial es probable que pase desapercibido por aquel que lo padece, de ahí que siempre es recomendable cepillarse los dientes o recurrir al viejo aliado del buen aliento: el chicle.
Sin embargo, muchas personas tienen problemas cotidianos con el mal aliento, y deben acudir a la consulta médica para resolverlo y ante todo entender que no pueden permitirse esta condición porque produce un alejamiento tanto sexual como social.

1.4. Pies

Muchas veces, el amante inexperto pasa por alto detalles capitales porque no se da cuenta de su importancia, tal es el caso, de los pies, por lo general el acto sexual se realiza en completa desnudes y esto incluye lógicamente quitarse los zapatos y las medias, lo que en ciertas personas significa una verdadera calamidad.
El olor tan desagradable característico de los pies húmedos no tiene cabida en el mundo sexual, son pocos los amantes que no resienten su presencia y como tal debe cuidarse de este aspecto. Esto es particularmente cierto en aquellas mujeres que usan zapatos de cuero y medias o pantys de nylon, tal combinación produce un fuerte y desagradable olor. Situación similar se presenta en las personas que por razones laborales usan botas de hule,
Las medias sobre todo en los varones, también son un foco de atención porque tienden a guardar mal olor, además, al igual que con las prendas íntimas es importante que no estén sucias o descuidadas, la presencia de huecos, suele resultar caricaturesco, que lo diga aquel presidente del banco mundial.

1.5. Prendas íntimas

Las prendas íntimas, hablan mucho de nuestra higiene de manera que es recomendable que no tengan secreciones, ni guarden malos olores, sobre todo porque muchos amantes juegan con estas prendas, simulan comérselas, las huelen con una inspiración profunda o hasta las observan detenidamente como estudiándolas o como quien envidia su posición.
Además para muchas personas, es muy importante que las prendas íntimas no den la impresión de estar viejas o desgarradas, por ejemplo con huecos, u orificios, con un elástico distendido, un encaje despegado o con manchas.

2. HIGIENE SEXUAL DEL VARON

Desde luego que los genitales representan el área más importante en materia sexual, tenemos que cuidar su higiene no solamente por salud sino más bien por que cualquier descuido puede provocar nefastas impresiones.
Curiosamente, de niños nos enseñan a lavarnos las manos, a cepillarnos los dientes, pero son pocos los padres que instruyen a a sus hijos en el aseo genital, y si no nos lo enseñan los padres quien nos lo va a enseñar?
Por eso, en la práctica médica con frecuencia observamos escenarios dantescos cuando examinamos los genitales de los pacientes. No se crea, que esto les sucede a las personas incultas, como suelen dictar los estigmas sociales, no, la verdad es que abogados, ingenieros, artesanos, ganaderos, operarios y catedráticos suelen descuidar la higiene de las partes íntimas porque no fueron instruidos al respecto.
Es importante indicar que el área genital. En el caso de los varones la limpieza genital, incluye el uso del agua y el jabón, dándole énfasis en su aplicación a áreas como el prepucio, el glande y el frenillo.

2.1. El pene

Los hombres no circuncidados, es decir, aquellos que tienen el prepucio presente, si la limpieza no se realiza diariamente, tiende a acumularse una secreción blanca, que se parece al queso cotagge llamada esmegma, la cual con los días adquiere mal olor y puede generar procesos infecciosos muy molestos.
Por eso el varón no circuncidado debe deslizar hacia a atrás el prepucio para exponer en su totalidad el glande y localizar el frenillo, y así poderlos limpiar adecuadamente. El varón que ya fue operado, y por ende no tiene prepucio, le resulta mas fácil lavar estas áreas porque están expuestas, y son evidentemente visibles.
Una vez concluida la limpieza del pene, procede continuar con el vello púbico, y la bolsa testicular o escroto, aplicando agua y jabón de manera abundante.

 

2.2. Area de la Ingle

Hay que darle la debida atención al área de la ingle, sobre todo al pliegue que se forma donde la pierna se une al tronco. En esta zona además de la aplicación del agua y el jabón es particularmente importante secarla de manera exhaustiva, ya sea con una toalla o usando las secadoras de pelo, con aire frío, no debe usarse el aire caliente por temor a una quemadura.
La importancia de dejar seco el pliegue inguinal, es que la humedad en esta zona tiende a propiciar la aparición de hongos, que son muy molestos aunque inofensivos, los cuales generan irritación y un fuerte escozor.
El problema de estos hongos llamados dermatofitos, es que provocan una irritación de color rojiza intensa con un borde como de mapa característico, y aunque estos hongos no se trasmiten con las relaciones sexuales ni son peligrosos, pueden generar temor e inseguridad en la pareja, sobre todo en estos tiempos donde existe un miedo generalizado a contraer una enfermedad venérea. Una infección de este tipo aunque sea benigna puede provocar una negativa sexual y hasta una muy mala impresión, sobre todo en parejas que están iniciando un vínculo sexual.

2.3. Región Anal

La región anal, también debe ser motivo de una limpieza diaria, aun cuando no se mantengan prácticas anales, hay que remover restos de materiales rectales, así como de papel higiénico o hilos de las prendas intimas que dan un aspecto desagradable.
No se deben utilizar desodorantes ni fragancias como perfumes o lociones en el área genital porque pueden provocar fuertes irritaciones químicas, esto es particularmente cierto en la actualidad cuando existen varios productos en el mercado que se promocionan con ese fin.
El agua y el jabón son más que suficientes para lograr una adecuada higiene de los órganos sexuales masculinos. También hay que recordar que todos estos consejos higiénicos se deben realizar diariamente, independientemente si hay vida sexual, porque son fundamentales para mantener la salud de los órganos genitales, además un buen amante, tiene que ser participe de la vieja máxima "siempre listo".

3. HIGIENE SEXUAL DE LA MUJER

3.1. Antecedentes

Por razones históricas y culturales la mujer occidental tiene enormes dificultades en el aseo de sus genitales, y debido a que los órganos se encuentran parcialmente cubiertos, el proceso de aprendizaje suele ser tórpido.
No se crea que esto solo le sucede a aquellas mujeres de los años cuarenta, a esas que hoy son bisabuelas, no, hay que entender que la mujer del siglo XXI no conoce a plenitud sus genitales y es común que realice de manera inadecuada su higiene.
La tradición familiar en nuestra sociedad ignora el aseo vaginal, y las mujeres crecen desconociendo ese abc, y son pocas las fuentes veraces que la instruyan sobre tan importante tarea, por eso es crucial para toda amante conocer a fondo y con detalle las técnicas del aseo.

3.2. Vello púbico

La limpieza genital debe iniciar con la aplicación de abundante cantidad de agua y jabón sobre el vello púbico, con el fin de remover cualquier resto de partículas como hilos de la ropa interior o de las prendas de cama así como las secreciones normales de ese cabello. Además, este lavado permite eliminar algunas bacterias y hasta parásitos como el piojillo.

3.3. Labios mayores y menores

Posteriormente, se deja el jabón a un lado y solo con agua se procede a lavar los labios mayores, separándolos se exponen los labios menores a los cuales también se les aplica agua en abundancia. Es de particular importancia remover un cebo o secreción blancuzca que suele acumularse en un pliegue que se forma entre los labios mayores y los labios menores. Esta secreción cuando se acumula puede provocar infecciones, mal olor y da una imagen desagradable de los genitales. Desdichadamente en nuestra práctica clínica observamos que la mayoría de las mujeres descuidan la limpieza de esta zona.
La piel de los genitales femeninos es sumamente sensible de manera que no se debe utilizar jabón, debido al riesgo de que se desarrolle una irritación química, la cual puede provocar ardor, dolor, picazón y enrojecimiento genital.

3.4. La Vagina

La vagina, es decir el orificio vaginal y su conducto no se debe lavar porque el cuerpo cuenta con mecanismos de autolimpieza los cuales son suficientes para una adecuada higiene.
Es importante indicar que las duchas vaginales prácticamente no tienen cabida en el mundo sexual y mucho menos en el mundo ginecológico. Si una mujer desea utilizarlas, es válido, pero lo ideal es que la ducha no contenga ni jabón ni ningún otro químico, lo ideal es que contenga simplemente el agua, desdichadamente abundan en el mercado múltiples duchas que contienen estos irritantes químicos.

3.5. Región anal

La región anal, sobre todo la piel que esta alrededor del ano tolera perfectamente el uso del agua y jabón de manera que se puede utilizar de manera generosa.
Cuando las parejas practican el sexo anal, algunas autores como Xaviera recomiendan que al momento de bañarse introduzcan varias veces el dedo analmente y limpien cualquier residuo del área rectal, para evitar cualquier sorpresa.
Algunas mujeres, por asuntos muy propios, usan papel higiénico en vez de toallas sanitarias, tanto durante el periodo menstrual como en los días no menstruales, con el inconveniente que con frecuencia al retirarlo deja algunos pedazos pegados a la piel vaginal y dan un mal aspecto. Lo mismo puede suceder en el área anal, esos detalles hay que cuidarlos, porque pueden ser fuente de desanimo sexual.
No se deben aplicar desodorantes, perfumes ni lociones genitales, porque sus componentes suelen irritar la sensible piel de que recubre el aparato sexual femenino, además destruyen la flora bacteriana normal de la vagina que es la que protege a la mujer de muchos agentes infecciosos.

3.6. Senos

Vale la pena referirse a la higiene de los senos, que es una de la cual erróneamente no se cree que amerite un cuidado especial. La areola y el pezón de la mujer esta cubierta por una fina capa de grasa que la protege de irritaciones, alergias y descamaciones, y la vuelven mas resistente a la succión, por eso es recomendable que la mujer no se unte jabón en los pezones para que no remueva esta capa.
Hay que recordar que la succión de los pezones es una práctica predilecta en la cultura de occidente y muchas mujeres experimentan grietas, fisuras e irritaciones porque han removido en el baño diario esa capa protectora.

3.7. Menstruación

Durante la menstruación, mucha parejas pueden sentirse incómodos por la presencia del sangrado, se puede utilizar una ducha vaginal -con solo agua-, para remover la sangre acumulada en la vagina, usualmente esto es mas que suficiente para evitar lidiar con tan hemático flujo.

3.8. Recomendaciones

Tal vez estos comentarios den la idea que para hacer el amor hay que alistarse como para una boda o una graduación, y la verdad es que los trajines de la vida no dan para tanto preámbulo. Sin embargo, hay que recordar que nunca es mal vista una ducha antes de ir a la cama, y es una forma simple de llegar presentable a la fiesta del amor.

3.9.  La defecación y la micción femenina

El acto de orinar y defecar en la mujer merecen un apartado especial. Como es bien sabido la mujer orina sentada, y amerita secar parte de la orina que moja los genitales y el vello. El movimiento para secar esta orina es metiendo la mano entre sus piernas y deslizando el papel desde el orifico vaginal hasta el vello púbico, es decir hacia adelante.
Cuando la mujer defeca debe limpiarse de pie, deslizando el papel desde el orificio anal hacia atrás y hacia arriba, alejándose del orifico vaginal.
Muchas mujeres después de defecar se limpian la región anal y la orina de manera simultanea, de manera que colocan el papel en el orificio anal y lo desplazan equivocadamente hacia adelante pasando por el orificio vaginal hasta llegar al vello púbico. Con este proceder, esparcen la materia fecal en la región vaginal y propician molestas infecciones.
El hábito correcto debe ser enseñado por los padres desde la más temprana edad para evitar que la mujer enfrente infecciones vaginales desde la infancia. Además como es un hábito, a muchas mujeres adultas les cuesta aprender la técnica correcta, y constantemente, de manera inconciente, se limpian de manera errada.

3.10. Semen

El semen es una secreción muy apetecida por los amantes, sin embargo hay personas que les resulta poco grato su presencia, y siente la necesidad imperiosa de removerlo ya sea de la piel, el pelo o de la cavidad vaginal.
En la piel y el pelo se puede utilizar agua y jabón, fácilmente el semen desaparece, en la cavidad vaginal se puede utilizar una ducha vaginal -de solo agua- para eliminarlo por arrastre.
El semen en la ropa, testigo momentáneo del derroche vivido, desaparece con el lavado usual, si deja alguna mancha indica que probablemente existe un proceso infeccioso.

4. RECOMENDACIONES GENERALES PARA ELLOS Y ELLAS

La sexualidad es sencillamente fantástica, y las hormonas representan el verdadero director de orquesta que zambulle al individuo en mil y una actividad sexual, sin embargo hay que recordar que por ninguna razón se debe mantener un practica sexual sea oral, anal o vaginal con personas que presenten llagas, brotes, irritaciones en la región anal o genital.
El mal olor genital, o la presencia de secreciones amarillentas, verduscas o purulentas son motivo suficiente para abstenerse del acto sexual.
Los brotes, irritaciones en los labios o la cavidad oral, también deben ser vistos con cautela porque en ciertas ocasiones pueden provocar lesiones en los órganos sexuales.
El semen siempre tiene que oler a cloro, ese es su olor natural, además su color es blanco nacarado y su textura es parcialmente coagulada, características que hablan de su integridad.
La presencia de un semen amarillo, verduzco, con sangre o pus, o con mal olor deben alertar sobre la presencia de una infección severa que puede dañar de severamente a ambos miembros de la pareja.
En una mujer sana el flujo vaginal es blanco, transparente o amarillo claro, no se acompaña de mal olor ni genera ardor, picazón o irritación. La presencia de flujos fétidos, de color verde, amarillo o grisáceo es indicativa de procesos infecciosos que amenazan la salud de ambos amantes.
Todas estas acotaciones son de capital importancia porque a nivel popular existe la creencia errónea que es normal que los genitales huelan mal, se menciona con insistencia que el olor a pescado es característico de los genitales.
Hay otros signos que deben alertar a las parejas, así, cuando el acto sexual genera molestias como ardor, picazón, brotes, o irritación, es altamente sugestivo que uno o ambos miembros de la pareja cursa con una infección.
El amante inexperto, suele creer que estas irritaciones son producto de una alergia al preservativo, a la sangre menstrual o al semen, entidades aunque posibles son realmente poco frecuentes.
Las delicias del sexo, no deben ser razón para asumir riesgos, sobre todo, en estos tiempos donde las enfermedades de trasmisión sexual como el Sida son una verdadera amenaza.

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