LIPOSUCCION SIN CIRUGIA POR ULTRACAVITACION
¡Esculpe tu cuerpo de manera segura, eficaz y duradera!
¡Totalmente no invasivo e indoloro!
El efecto de la tecnología de ultrasonido Ecleris localiza las células grasas en la zona a tratar y las destruye selectivamente.
Funciones de cavitación:
- Reducción de grasa corporal basándose en el principio de cavitación obteniéndose así una modelación del cuerpo segura, eficaz y duradera
- Totalmente no invasivo
- La zona tratada se reduce en cada sesión
-Resultado acumulativo altamente satisfactorio
- Solución ideal para aquellas personas que no quieren pasar por el quirofano
- Resultados demostrados y seguros
- Resultados inmediatos y permanentes
- Eficacia clínicamente probada con disminución de la grasa sin afectar los tejidos circundantes
- Sin efectos adversos
- Sin tiempo de inactividad
El equipo emplea una energía focalizada de ultrasonido terapéutico, que cuando se aplica a la capa adiposa subcutánea, provoca un efecto mecánico, no térmico, que causa una ruptura selectiva de tejido adiposo.
Únicamente el tejido adiposo de la zona en cuestión se ve afectado; las estructuras vasculares y nerviosas propias del entorno no se ven afectadas, lo que evita la aparición de antiestéticos hematomas y de la pérdida de sensibilidad en la zona, como ocurre con otras técnicas.
Esta técnica es eficaz ya que causa la ruptura de las membranas de los adipocitos -adipocitolisis- por cavitación, provocando así la liberación de los triglicéridos procedentes de las células grasas.
A continuación los triglicéridos procedentes de las células grasas son transformados, a través de la acción de una enzima llamada lipasa, en ácido graso libre y glicerol.
Los ácidos grasos libres y el glicerol son transportados al hígado a través de los mecanismos naturales del organismo. Los ácidos grasos libres, al ser insolubles en agua, se unen a la albúmina y emprenden un lento camino hacia el hígado, mientras que el glicerol, que sí se diluye en agua, llega hasta el hígado a través del torrente sanguíneo y es procesado de forma natural por vías metabólicas. El hígado no distingue entre la grasa que procede de la ruptura de los adipocitos y aquella cuyo origen es la alimentación, y la metaboliza por igual.
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